A pesar de que hablamos muy a menudo de la transformación digital, y de cómo es crucial para que todo tipo de empresas se mantengan competitivas en el mercado, existen aún muchos ejemplos de resistencia al cambio.
Hace un par de años, se publicaba en Forbes un artículo en el que se desvelaban ciertos datos interesantes para entender que no todas las empresas conseguirán llevar sus cargas de trabajo al Cloud a corto plazo. En concreto:
- Sólo el 27% de los encuestados predecían que para 2022, el 95% de todas las cargas de trabajo se ejecutarán en la nube.
- Un 20% creía que llevará diez años alcanzar ese nivel de migración de las cargas de trabajo.
- El 13% de los encuestados no ve que este nivel de cambio de carga de trabajo ocurra nunca.
¿Cuáles son las razones para esta negativa al cambio? Como podemos esperar, son diversas. La mayoría de ellas responden a los retos a los que se enfrentan las empresas a la hora de adoptar el Cloud Computing.
Así, las principales reticencias a la Nube tienen que ver con los datos, la seguridad, las habilidades requeridas, conflictos con la infraestructura legacy… Por ejemplo:
- Mover datos sensibles a la Nube es visto como una barrera porque no se tiene claro si dichos datos estarán seguros, o si es seguro el tránsito hasta el almacenamiento cloud, incluso surgen dudas relacionadas con las normativas de privacidad y protección de datos.
- En este sentido, el cumplimiento normativo es uno de los principales quebraderos de cabeza para las empresas.
- La complejidad de migrar los sistemas y datos desde la infraestructura heredada, junto con la idea de que esto supondrá la disrupción o interrupción del negocio es otro reto de importancia para muchas empresas.
- Otro punto es la necesidad de disponer de personal cualificado y experto en la materia.
Como ya sabemos, todas estas aparentes barreras de entrada no son tales, ya que, si contamos con un buen proveedor de servicios, los cuatro puntos mencionados se pueden resolver de un plumazo.
Decir «no» a la nube es sinónimo de perder competitividad en el mercado, mantener infraestructuras que pueden no solo quedar obsoletas, sino que son más sensibles a volverse vulnerables ante ataques informáticos, y, en general, a perder agilidad y flexibilidad en cualquier situación.
En cambio, abrazar la digitalización es sinónimo de mejorar en productividad, flexibilidad y capacidad de escala; de reducir los costes de infraestructura y personal dedicado; de mantenerse al día en seguridad; en definitiva, de modernizar nuestra empresa y seguir creciendo.
Deja tu comentario sobre "¿Cuáles son las razones más comunes para decir que no a la Nube?"