Un chatbot es una aplicación con la que se puede mantener una conversación con diversos fines, tanto si es una simple petición de información como si se trata de llevar a cabo una acción determinada. Existen muchos ejemplos, partiendo de los chatbots de atención al cliente, que gestionan las primeras etapas de un proceso de reclamación o de cualquier modificación asociada a un proceso de compra, y llegando a aplicaciones más complejas capaces de gestionar compras.
Sin embargo, siendo los chatbots aplicaciones que son utilizadas por muchos usuarios, algunos con conocimiento de causa y otros sin saber que conversan con una «máquina», no son los bots más utilizados. Un chatbot no es nada más que un «bot» que conversa, y entre las aplicaciones que automatizan procesos existen otras más potentes, a la par que simples. Es el caso de los bots de las redes sociales, en Twitter o en Facebook, por ejemplo.
Los #bots generarán el 90% de la información en el año 2025 Clic para tuitearEste tipo de aplicación puede tener múltiples maneras de funcionar, pero suelen cortarse todas por el mismo patrón, como nos resumían en Xataka hace algún tiempo acerca de los bots en Twitter:
- Hay cuentas automatizadas que son transparentes porque incluyen «bot» en alguna parte, ya sea en el nombre de la cuenta, o en su descripción.
- Normalmente, sus acciones son instantáneas. Puede que te haya sucedido que, tras publicar un tweet cualquiera, aparece una respuesta instantánea que parece reaccionar a lo que has dicho. También puedes comprobar cómo dicha cuenta interacciona contigo con un favorito o un retweet (pero instantáneo).
- Es muy habitual que estas cuentas falsas llevadas por bots tengan una desproporción evidente entre el número de seguidores y el número de seguidos, siendo este último número mucho mayor que el primero (que además suele ser 0 o 1). Además suelen tener el avatar por defecto de la cuenta (un huevo, en Twitter)
- A veces podemos detectar bots si nos fijamos en el patrón de «follow» y «unfollow» que siguen. Si detectamos que una cuenta nos sigue constantemente significa que «quiere» llamar nuestra atención para que le devolvamos el seguimiento. Puede ser un bot, aunque por desgracia existen personas con ese comportamiento tan compulsivo.
Estas son algunas de las pistas, no todas, para detectar bots en Twitter. En Facebook parece más difícil, y con este artículo no queremos decir que el uso de bots sea algo malo en sí mismo. La herramienta no es buena ni mala, lo es el uso que se hace de ella.
Y, por desgracia, los bots se están utilizando de forma masiva para diseminar noticias falsas, generar polémicas, publicar contenidos virales (y viralizarlos de manera antinatural, forzada). Y es cada vez más difícil detectarlos y detenerlos, o al menos limitar su alcance y las repercusiones que ello conlleva.
Se estima que dentro de 5 años el 90% de los contenidos publicados estarán generados por bots. Esto es una cantidad ingente de información y datos que puede ser legítima, pero que en su gran mayoría sabemos que será información manipulada en algún sentido, ya sea para influir en política, crear polémicas, publicitar algo, influir en tendencias…
Esto está en cierta medida asociado al incremento de la cantidad de datos: se estima que en 2025 la cantidad de datos se habrá multiplicado por 10, nada menos. Y es problemático porque datos no es lo mismo que información, e «información» aglutina a la falsa y la verdadera.
Frente a los buenos usos de los bots para tareas automatizadas legítimas, para distribución de contenidos y para atención al cliente, entre otras cosas, existe una creciente fuerza de redes de bots con intenciones maliciosas que, como bien sabemos por los escándalos más recientes asociados a las elecciones en los EE.UU. en 2016, no harán más que perjudicar a los usuarios de las redes sociales.
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