El último año ha supuesto, sin duda, un reto para empresas, profesionales e instituciones. Como sociedad, hemos vivido cambios dramáticos, dificultades e incertidumbre, pero en el terreno laboral no nos hemos quedado atrás. Muchas personas han descubierto el teletrabajo y no quieren otra cosa, pero la realidad es que, a medio plazo, tendremos que volver a las oficinas. Al menos, parte del tiempo.
En esa realidad a medio plazo, que no llamaremos «nueva normalidad», es muy probable que la mejor solución sea la del puesto de trabajo híbrido. Es decir, que el trabajador reparta su jornada de trabajo entre la opción presencial y la opción remota. Las posibilidades son enormes, aunque podemos simplificarlas para este artículo: dividiremos la semana entre ir a la oficina, y trabajar desde casa.
En realidad, «ir a la oficina» se refiere a disponer de un puesto de trabajo físico, mientras que «trabajar desde casa» es tan solo una de las posibilidades del teletrabajo, que puede incluir itinerancia o no, y un sinnúmero de opciones adicionales.
En qué consiste el puesto de trabajo híbrido
Las bases de lo que implica un puesto de trabajo híbrido ya las comentamos en los párrafos anteriores, pero vamos a profundizar más. La clave del puesto de trabajo híbrido está en la flexibilidad, en la capacidad que da a las empresas para configurar la mejor solución para, al menos, cada tipo de empleado.
Es decir, nos podemos encontrar con muchos perfiles de empleado, y cada uno tendrá una serie de tareas, obligaciones y metodologías que pueden diferir bastante. Esto se entiende mejor si lo vemos a largo plazo.
A largo plazo, habrá un punto intermedio en el que los entornos de trabajo variarán de un empleado a otro, en función de sus preferencias y los requisitos de su trabajo. El trabajo y la forma en que se lleva a cabo son vitales para calibrar cómo se siente una persona en ese entorno. Por ejemplo, si trabajásemos 100% en virtual, no todos los empleados se sentirían cómodos, o conectados con los demás. Por tanto, equilibrar lo presencial y lo virtual será obligatorio, pero flexible a la vez.
Todas estas características y requisitos del puesto de trabajo híbrido se pueden satisfacer gracias a la digitalización del puesto de trabajo. Esto, que puede sonar a teletrabajo al 100%, en realidad es otra cosa. Significa que el puesto de trabajo va allá donde va el trabajador. Al disponer de su puesto de trabajo virtualizado, una persona puede acceder a él desde su puesto físico en la oficina, pero también desde su domicilio, en itinerancia, o desde cualquier lugar que cuenta con una conexión de datos.
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