Aunque suena extraño seguir hablando de la necesidad de la transformación digital en lo que ya podemos considerar un avanzado siglo XXI, lo cierto es que para muchas empresas es algo que deben afrontar sin más demora.
Cada vez hay más empresas que han completado su digitalización, o están en alguna fase avanzada de este, pero también existen muchas empresas que no la han considerado, no saben cómo afrontarla o si tienen los recursos necesarios; o, incluso, no saben determinar si es algo que necesiten realmente.
Sectores como el de la industria alimentaria, por ejemplo, tienen a su disposición herramientas capaces de ayudarles en el proceso de digitalización. Este sector tiene ante sí la oportunidad de mantener la competitividad gracias a la digitalización de procesos de fabricación con software PLM y PDM, entre otras cosas.
Por otro lado, el apoyo de las instituciones para la transformación digital es fundamental, como sucede con los fondos europeos para la digitalización que comentamos recientemente, y que suponen una inyección económica que, seguro, animará a las empresas que se hayan quedado rezagadas.
La digitalización se afronta de diferentes maneras según el tamaño de la empresa
Una encuesta reciente de Technology by PageGroup muestra cómo las empresas, dependiendo de su tamaño, afrontan en mayor o menor medida la digitalización. Antes de la pandemia, la innovación y tecnología eran prioritarias para el 58% de las grandes empresas, frente al 54% de las medianas y el 45% de las pequeñas. Frente a la crisis, las empresas medianas son las que más invirtieron en tecnología (el 51%), frente a las grandes (45%) y las pequeñas (36%).
Aventurar las razones de estos números es complicado porque no se debería generalizar, pero es probable que las grandes empresas ya contasen de antemano con el músculo tecnológico necesario para afrontar una crisis pandémica como la que vivimos.
Pero la digitalización no sólo implica invertir en tecnología. Al contrario, este cambio estructural en las empresas permite diversificar el negocio para encontrar nuevas fuentes de ingresos antes fuera de alcance; implica formar a los empleados y también cambiar la cultura de la empresa.
Supone invertir medios, personal y tecnología para blindar la ciberseguridad, y genera la necesidad de contar con ciertos perfiles profesionales en la empresa, entre los que destacan:
- Un director de TI que lidere la digitalización y consiga la integración total de la tecnología en todos los procesos empresariales.
- La figura del analista de datos, que interprete los datos clave para contribuir a la toma de decisiones estratégicas del negocio.
- El analista de negocio TI, experto en tecnología y en negocio, el puente necesario entre ambos extremos.
- Manager de Infraestructuras, encargado de garantizar el funcionamiento óptimo de los sistemas, sobre todo en casos de teletrabajo.
- CRM Manager o, lo que es lo mismo, el encargado de definir las estrategias de relación con los clientes de forma que sea omnicanal, tal y como los propios clientes están apostando en temas de comunicación con las empresas.
La digitalización es una transformación integral de las empresas y los modelos de trabajo para adaptarse a los nuevos tiempos y afrontar no sólo las crisis que puedan venir, sino un cambio radical en los mercados, la manera de interactuar con los clientes, y mantener la competitividad.
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