Es muy probable que esa dominación que mencionamos en el titular de este artículo se refiera, tan solo, a que muy pronto tendremos una enorme diversidad de sistemas que están controlados por robots de Inteligencia Artificial. Es decir, que dichos sistemas tendrán una pieza de software que controlará su operativa de igual manera que si lo hiciesen especialistas humanos, pero de manera más eficiente y sin errores.
El mercado de la Inteligencia Artificial tiene enorme futuro. En 2019 tuvo un valor superior a los 39.900 millones de dólares, y se espera que crezca a un ritmo del 42% anual entre el pasado 2020 y 2027.
Con todo, la IA se enfrenta a dificultades y retos, como, por ejemplo, la privacidad. Las soluciones basadas en IA pueden ser un gran problema para las personas que quieren mantener sus vidas estrictamente privadas. Las capacidades predictivas de los dispositivos de IA se basan en la recopilación de datos de personas, y esto puede ser una causa de fricción importante, y limitante.
Por ese motivo es crucial la gobernanza de los datos, desde cualquier punto de vista, tanto para el cumplimiento de la normativa, como para la seguridad. Es decir, tener unas reglas claras, sencillas, pero estrictas, que indiquen a los programas de IA a identificar qué datos pueden utilizar y qué datos no.
Un gran componente de la inteligencia artificial es el aprendizaje automático, que utiliza inferencia estadística y cantidades ingentes de datos para entrenarse. Puede tomar decisiones más «inteligentes» que las que tomaría un ser humano, y es crucial para automatizar muchos procesos que consideraríamos exclusivos del dominio de los seres humanos.
Lo más importante y determinante de la IA es que nos permite acelerar procesos y nos ayuda a actuar como millones de seres humanos independientes trabajando a la vez. Esto permite a los especialistas centrarse en hacer tareas de alto nivel intelectual y dejar a los algoritmos realizar las tareas repetitivas e ingratas, poco productivas en el sentido intelectual.
En el camino, hay muchas decisiones políticas que tomar para asegurarse de que esta tecnología no se utilice mal. Es ahí donde el data governance es crucial porque se centra en las políticas que las empresas y organizaciones establecen con el uso de los datos.
También se centra en la forma en que varios departamentos dentro de una empresa se unen para asegurarse de que los datos se utilizan correctamente, de manera que se eviten filtraciones de datos. La forma en que las empresas y otras organizaciones gobiernan sus datos tiene un efecto enorme en la vida personal de las personas y, por eso, a medida que esta tecnología madure habrá que tener mucho más cuidado por sus importantes repercusiones.
Por tanto, no puede haber futuro para la inteligencia artificial si no existe una sólida política de gobernanza de datos que se cumpla de manera estricta. Es algo que no deberíamos pasar por alto, independientemente del tamaño de nuestra empresa.
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