La gestión inteligente de la iluminación es una de las características de las Smart Cities. Como hemos contado en anteriores ocasiones, una ciudad inteligente hace un uso óptimo de los recursos a su alcance y también de la energía, mientras que se encargará de los residuos de una manera sostenible y no agresiva para el medio ambiente.
Las ciudades inteligentes reúnen una o varias de estas características, y para muestra tenemos las ciudades españolas más inteligentes hasta el momento, a las que se van sumando cada vez más municipios sin que estos tengan que ser, necesariamente, grandes núcleos urbanos.
El primer paso para introducir iluminación inteligente pasa por sustituir las bombillas de las farolas y otros elementos del alumbrado público por aquellas que consuman menos energía. Normalmente, se sustituyen por bombillas LED que, además, pueden conectarse a otros sistemas de gestión automatizada, por ejemplo.
Es el caso del sistema Interact City, de Signify, que se define como un «software de gestión integrado con el sistema de iluminación LED conectada, que ofrece una infraestructura robusta para mejorar los servicios urbanos, mejorar la seguridad, embellecer los espacios públicos, interaccionar con los habitantes y hacer que se sientan orgullosos de su ciudad. Además, reduce los costes energéticos y aumenta la eficiencia».
Las aplicaciones que tienen estos sistemas de gestión inteligente de la iluminación son muchas, y muy interesantes. Suelen estar dirigidas no solo al ahorro de costes y energía, sino también a utilizar datos procedentes de otros sistemas de la Smart City. En el caso que estamos describiendo, estas son sus principales características
Gestión de activos de iluminación
Diríamos que esta es la funcionalidad básica, la que se encarga de ofrecer una visión completa de todos los puntos de iluminación y de su estado, así como la detección de averías y la supervisión remota del consumo y el rendimiento. Por así decirlo, es el «monitor» del sistema.
Optimización de la energía
La segunda funcionalidad importante es la que optimiza el rendimiento del sistema de alumbrado urbano y mide exactamente el consumo en tiempo real. Esto permite controlar las emisiones de gases contaminantes derivadas del uso del alumbrado, a la vez que se reducen los costes y el gasto energético. Esta optimización permite invertir, a su vez, en otras áreas importantes.
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