En nuestro país disfrutamos de una cobertura móvil bastante elevada, cercana al 100% y con pocas excepciones en todo el territorio. Sin embargo, la cobertura de banda ancha, ya sea por ADSL o por conexiones de fibra óptica, no está tan extendida. Existen muchas trabas para disponer de un 100% de cobertura en todo el territorio en lo que se refiere a las conexiones no móviles, y una de las más difíciles de superar son la orografía y la geografía.
Para muchas zonas, el simple hecho de llevar una conexión por cable supone un desembolso enorme para las operadoras, y es de tal calibre que hace que la operación no sea rentable. Para las zonas montañosas, por ejemplo, existen otras soluciones como las comunicaciones vía satélite, incluso por radio, pero tienen ciertos inconvenientes como el escaso ancho de banda o el excesivo coste para el usuario final.
Sin embargo, otras zonas del planeta sufren un «apagón» digital permanente como, por ejemplo, Alaska o las zonas polares, incluso la Antártida. Si bien es cierto que no son zonas demasiado pobladas, existen razones para tratar de dar cobertura de Internet en dichas regiones. La empresa OneWeb está en condiciones de desplegar una pequeña constelación de satélites de órbita baja (LEO, Low Earth Orbit) capaces de ofrecer conexiones de banda ancha allá donde antes nadie había llegado.
Su primer objetivo es Alaska, en donde prometen servicios «considerables» en 2020, y cobertura total 24 horas a partir de 2021. Este será uno de los territorios más arriba del paralelo 60 que se beneficiará de esta conexión, que promete (tras las pruebas realizadas) un ancho de banda de 400 Mbps y latencias alrededor de los 32 ms, algo que es bastante impresionante. En detalle, estas pruebas han llevado a la empresa a conseguir:
- Baja latencia, con un promedio de 32 milisegundos.
- Haz continuo y «hangover satelital». El hangover es la transferencia del servicio de una estación base a otra cuando la calidad baja. En este caso, se hace entre satélites.
- Antena con orientación muy precisa.
- Velocidades de prueba de más de 400 Mbps.
Según la propia empresa, actualmente, el 48% del Ártico no tiene cobertura de banda ancha. El servicio en el Ártico proporcionaría suficiente capacidad para dar una conectividad similar a la de la fibra a cientos de miles de hogares, aviones y barcos, conectando a millones de personas en el Ártico.
Y es que no hablamos de conexiones de banda ancha de uso doméstico, sino que existen decenas de objetivos importantes a los que dar cobertura. Sin ir más lejos, los barcos de pesca, los barcos científicos, las propias bases científicas en las zonas polares, empresas, aviones y un largo etcétera se verían beneficiados de esta posibilidad.
Deja tu comentario sobre "La Internet espacial es prácticamente una realidad"