Dentro del interés global de recabar información en Internet, los temas relacionados con la salud no son una excepción; más bien al contrario, pues lideran el ranking de búsquedas en páginas web y blogs temáticos.
Ese universo inabarcable en el que se ha convertido Internet conlleva un importante grado de desnaturalización de las fuentes informativas, que compiten por acaparar protagonismo en los motores de búsqueda cuando se recurre a ellos sobre conceptos de salud. De hecho, buena parte de la información colgada en la red adolece de importante sesgo en su selección, con notable tendencia a referir los casos más espectaculares, los de peor evolución o, por el contrario, los de más favorable desenlace, inverosímil en muchos casos.
¿Cómo reconocer sitios fraudulentos?
Dada la ausencia de filtros previos para alojar en los dominios de Internet sitios web de contenido sanitario, es necesario considerar determinados indicios en los que apoyarse para otorgar fiabilidad a publicaciones que aparenten ser expertas en cuestiones médico-científicas. Para ello deberán quedar claros los siguientes términos:
- Identificación de los autores.
- Reconocimiento oficial si se expresa en nombre de una institución.
- Aporte de referencias bibliográficas basadas en evidencias científicas actuales.
- Ausencia de propuestas sensacionalistas o soluciones milagrosas.
- Que se acredite impronta de calidad.
Precisamente, en lo que a esto último atañe, tanto nacional como internacionalmente existen figuras que aportan un plus de seguridad sobre calidad de las fuentes. Quizá el más emblemático a nivel internacional sea el Hon Code («health on the net code»), apoyado en estos pilares:
- Certificado digital basado en la obligatoriedad de que un médico se responsabilice de la autoría de la información divulgada.
- Los contenidos complementan la relación paciente-médico sin pretensión de suplantarla.
- Se respeta la confidencialidad de los datos de pacientes y usuarios.
- Se proporciona una relación de las fuentes en las que se fundamenta.
Un interesante proyecto sobre Big Data
Profundizando en las capacidades de separar el grano de la paja en cuanto de información sobre salud en Internet, deben destacarse las aportaciones de un proyecto europeo de Big Data sobre salud dirigido al diseño de servicios online como cauces de información médica fidedigna. Entre sus objetivos figuran:
- Acreditar mecánicamente aquellos sitios webs alimentados con información contrastada.
- Facilitar el acceso de los facultativos a datos certeros sobre nuevas aportaciones científicas.
- Procesar mecánicamente los historiales clínicos en el ámbito hospitalario.
- Automatizar la predicción de reacciones adversas a nuevos medicamentos.
Por su parte, la Organización Médica Colegial ha contribuido a la clarificación de este ámbito sanitario apadrinando el proyecto ACSI (Acreditación de Contenidos Sanitarios en Internet), basado en un sistema de acreditación de páginas web que asegure su certificación, superando la natural desconfianza de una multitud de usuarios, profesionales sanitarios incluidos.
Aprendiendo a filtrar en este maremágnum, lograrán evitarse las consecuencias de adoptar cuidados médicos de manera autodidacta que, con frecuencia, originan accidentes, en ocasiones, irreparables.
Foto | Eduardo García Cruz
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