Cada vez hay más demanda de centros de datos, y esto debería suponer un aumento en la misma proporción de la demanda energéticanecesaria para poder mantener todos los aparatos en servicio. Sin embargo, parece ser que no es así, sino que los nuevos centros de datos son cada vez más y más eficientes, y no necesitan tanta energía como se pensaba.
Según un estudio publicado en la revista Science, las cargas de trabajo en centros de datos se han multiplicado por más de seis veces desde 2010, pero, sin embargo, el consumo de energía de estos centros de datos ha variado muy poco en el período 2010-2018: un 6% más, exactamente.
La razón tras este aparente estancamiento en cuanto a la demanda de energía necesaria para alimentar todos estos nuevos CPDs está en la eficiencia energética del hardware, llevada a cotas nunca antes vistas.
Eso sí, el mismo informe indica que no existen garantías de que el impulso de la eficiencia energética pueda impedir el aumento de la demanda energética a nivel mundial que conllevará el uso de las nuevas tecnologías que operan con cantidades ingentes de datos, como la inteligencia artificialy el 5G.
La inteligencia artificial necesita cada vez más potencia de cómputo, que se traducirá inmediatamente en demanda energética, mientras que el 5G permitirá las transferencias masivas de datos entre dispositivos, lo cual implicará un aumento enorme de dispositivos conectados (la explosión demográfica del 5G), que contribuirá a incrementar la mencionada demanda de energía.
Los mayores centros de datos del mundo son propiedad de las grandes empresas tecnológicas y, en ocasiones, acumulan cientos de miles de ordenadores y servidores almacenados en racks. Las necesidades energéticas de estos centros de datos son gigantescas, tanto es así que algunos se han construido cerca del Árticopara conseguir el enfriamiento natural, y otros junto a enormes plantas hidroeléctricas en el noroeste del Pacífico.
Las expectativasson difíciles de prever. Seguirán haciéndose esfuerzos por mejorar la eficiencia del hardware a la par que aumenta la demanda de potencia de cómputo de los algoritmos de inteligencia artificial, sobre todo en los casos de machine learning y Deep learning.
Por otra parte, estos mismos algoritmos irán refinándose cada vez más para hacerlos más eficientes desde el punto de vista energético, pero no se puede esperar que, a medio plazo, la demanda de energía siga sin variar significativamente, por lo que tanto las grandes tecnológicas como los gobiernos y las instituciones tendrán que trabajar juntos en la dirección adecuada.
Para que la eficiencia energética pueda mantener el ritmo de la demanda, los autores del informe recomiendan que se apliquen estrictos estándares de eficiencia energética para servidores, almacenamiento y dispositivos de red, y que se adopten políticas que promuevan el uso de computación en la nube más eficiente.
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