En los últimos años, el Big Data ha ido asentándose en todos los sectores la vida, desde el bancario a los deportes. Su evolución ha sido tal que han surgido nuevas formas, como son el Small Data o el Long Data. Unos términos que se distinguen desde las TIC y que con su conocimiento, pueden comprenderse mejor las claves de la Business Intelligence.
El más conocido, el Big Data
Se trata del conjunto de herramientas que sirven para recopilar los datos de los clientes y visitantes, y con ellos, crear estadísticas que vayan a facilitar en un futuro las decisiones, realizar un marketing directo al target y en definitiva, vender más.
El Big Data se encuentra en todas las acciones que una persona realiza mientras navega por la web: desde visitar páginas de compra, gestionar su cuenta bancaria, activar su casa domótica o escribir un email. Todas ellas arrojan datos muy valiosos para las empresas, para que diseñen sus campañas publicitarias enfocándose en el cliente tipo, sus costumbres y sus gustos. En definitiva, para saber a quién le están vendiendo.
El Long Data, los datos recogidos a través del tiempo
Cuando se analizan datos que han sido recogidos en el tiempo de manera constante, se habla de Long Data. Son claros ejemplos de ello:
• El registro climático. Conocer la variación de temperaturas, cuándo nevó, la incidencia de las lluvias o la velocidad de los vientos. Gracias a estas evoluciones los meteorólogos pueden predecir lo que sucederá en el futuro, como el cambio climático.
• Los registros de los satélites. Desde que el primero de ellos fue lanzado al espacio, la NASA ha ido recopilando la información que se envía de la Tierra.
Así, el Long Data se serviría de herramientas del Big Data para poder arrojar predicciones del futuro según lo que ha sucedido en el pasado.
Small Data, los datos más pequeños
Muchas críticas del Big Data llegan porque para muchas compañías tanta información supone un problema más que una solución, ya que carecen de las herramientas adecuadas para analizarlos.
Así surge el Small Data: dividir el Big Data en subconjuntos más sencillos, con menos datos, para que sean procesables. Este tipo de herramientas son muy utilizadas por el marketing y la estrategia de las empresas.
Son procesos más simples y más fáciles de aplicar. Así, es posible que las compañías puedan optimizar sus campañas, sin necesidad de procesar una cantidad de datos ingente y que la mayoría no les sirve para sus propósitos.
Tanto Big Data como Long Data o Small Data son términos que cada vez aparecen más en la vida diaria. Sin duda, han llegado para quedarse y para poder ayudar a avanzar a las personas.
Foto | David Pearson
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