Se conoce como benchmarking, o evaluación comparativa, al proceso por el que se compara el rendimiento de una empresa con sus competidores para descubrir en qué puntos es posible mejorar. Es decir, se mide el éxito de la empresa frente a otras empresas similares para descubrir si hay una brecha en el rendimiento que puede cerrarse.
Este tipo de evaluaciones son muy provechosas para cualquier empresa. La autocrítica, por un lado, ayuda a mejorar en los procesos de negocio, pero también en temas tan importantes como la seguridad de red, en las políticas de privacidad o en cómo se gestiona la atención al cliente.
Los beneficios del benchmarking son numerosos, y los podemos enumerar en la siguiente lista:
- Análisis competitivo: la comparativa con la competencia siempre espolea a las empresas. Observar las propias debilidades y las fortalezas de la competencia resulta muy positivo para mejorar e, incluso, lograr ventaja sobre esos competidores.
- Monitorización del rendimiento al observar las tendencias actuales en los datos y proyectar las tendencias futuras según lo que se pretende conseguir.
- Mejora continua, porque el objetivo del benchmarking es mejorar un cierto elemento de un negocio. Esta mejora no debería ser simplemente algo que mejora una vez y se olvida, sino algo que mejora con el tiempo y es continua.
- Mejorar la planificación y determinar los objetivos.
- La evaluación comparativa identifica dónde está la empresa en este momento en comparación con dónde se desea llegar. Si se está buscando mejorar cualquier proceso en el negocio, la evaluación comparativa es una forma de ver cómo se puede sobresalir al describir los pasos necesarios para lograr el objetivo.
Ejemplos de benchmarking, o evaluación comparativa
Existen muchas formas de benchmarking, pero podemos destacar tres, principalmente:
- Evaluación comparativa de procesos: ayuda a comprender mejor cómo se comparan los procesos propios con otros en el sector. De esta forma, se pueden mejorar los procesos para hacerlos más eficientes y rentables.
- Evaluación comparativa estratégica: en este caso, se trata de mejorar partes de la empresa mediante la observación de otras del sector. Esta evaluación se relaciona con la estrategia empresarial y ofrece una guía para crear una estrategia que aumente la competitividad de la propia empresa.
- Evaluación comparativa de rendimiento: esta evaluación implica aprender sobre las métricas y procedimientos de rendimiento de la competencia, y realizar cambios en los procesos dentro de nuestro negocio en los niveles inferiores.
Estas evaluaciones responden a las necesidades empresariales de mantenerse competitivos en el mercado. En muchas ocasiones, las empresas adaptan procesos determinados (por ejemplo, la atención al cliente, habilitar ciertos canales de comunicación de los clientes con las empresas…) para su propio beneficio.
Esto no se debe asimilar al plagio, o a la copia indiscriminada de procedimientos, sino a la autoevaluación crítica que, de una manera o de otra, viene a desvelar debilidades del negocio que pueden ser solventadas adoptando (y adaptando) estrategias de otros a la nuestra.
Deja tu comentario sobre "Qué es benchmarking"