Las copias de datos en CD (o en DVD) fueron durante años la mejor manera de mantener a salvo nuestros archivos personales de fotografías, vídeos y música, además de mantener copias de seguridad de los documentos importantes en el ámbito profesional. El avance de otras tecnologías de almacenamiento físico más rápidas y manejables, como las memorias Flash utilizadas en las memorias USB, por ejemplo, parecía que iban a desterrar al icónico CD de nuestras vidas. Pero gracias en parte a la moda retro y las dudas (razonables o no) acerca de la seguridad de la nube, estos soportes físicos de almacenamiento parecen vivir una nueva juventud.
Lo cierto es que para aplicaciones profesionales, la nube tiene un elevado nivel de seguridad para almacenamiento de datos. El caso del resurgir de las copias en soporte físico es más bien algo a nivel particular, o para volúmenes de datos de pequeño tamaño (particular, autónomo o pyme con pocas necesidades de almacenamiento). Sin embargo, es interesante porque pone de manifiesto una percepción, o una intuición que está ahí: ¿y si «falla» la nube?
A pesar de lo dicho, del elevado nivel de seguridad del almacenamiento en la nube, nada es perfecto. En el fondo, la nube se encuentra almacenada en soporte físico, en grandes servidores que tienen los riesgos que tienen. Puede haber una corrupción física de los dispositivos, un fallo generalizado, un ataque devastador, un incendio… Por otro lado, los CD y DVD tampoco son infalibles. Pueden estropearse físicamente (por arañazos o porque se rompan por la mitad, por ejemplo), los podemos extraviar, etc.
El problema de las copias de seguridad
Todo esto viene a cuento de las copias de seguridad. ¿Cómo conseguimos disminuir al máximo las probabilidades de que perdamos nuestros datos sensibles o nuestro archivo personal más preciado? ¿Cómo hacemos las copias de seguridad? ¿Cuántas hacemos?
La respuesta es múltiple, pero uno de los métodos más sencillo y a la vez efectivos que existen es la regla 3-2-1. En esencia, esta regla dice que debemos tener tres copias de los datos (la original y dos backups). Dos de esas copias deben estar en soportes de almacenamiento diferentes, y una de ellas debe estar en un lugar físico diferente. Con esto nos aseguramos de minimizar las probabilidades de perder todos los datos, y de contrarrestar cualquier ataque que se produzca (y mediante el que pretendan robarnos los datos).
Hacer una copia de seguridad en CD, una medida adicional para conservar nuestros #datos seguros Share on XCon esto se pretende eliminar la dependencia del soporte físico (podemos copiar el backup en DVD y en un disco duro, por ejemplo) para el caso de que haya un problema con uno de ellos. Si perdemos el DVD, o se destruye accidentalmente, tendremos la copia en el disco duro; si alguien entra en nuestro disco duro y borra los datos, tendremos la copia en DVD.
Si además separamos físicamente las copias de seguridad, estaremos añadiendo un punto más de seguridad. Es lo que se llama backup offsite. Esta tercera copia separada puede ser idealmente una copia en la nube. Está físicamente lejos, es segura y podemos disponer de ella siempre que lo deseemos.
Siguiendo esta sencilla regla maximizaremos la seguridad de nuestros datos y archivos. Podemos ser más exhaustivos, si lo deseamos, añadiendo más copias de seguridad en diferentes soportes o lugares, pero la regla 3-2-1 es más que suficiente para usos particulares y usos profesionales con pocas necesidades de almacenamiento. Y para una mayor seguridad, no dejes de revisar tus contraseñas y blindar tu PC o tu empresa frente a los ciberataques.
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