La telemedicina ha avanzado mucho en los últimos años. Tal y como decíamos en un artículo pasado, «conecta a pacientes y profesionales de la medicina en tiempo real mediante el uso de equipos de telecomunicación a través de, por ejemplo, el audio o el vídeo». Esto, como es natural, ha cambiado mucho a lo largo del tiempo, sobre todo desde que en la década de los años 50 del siglo pasado comenzara a acuñarse este concepto.
Hoy, los avances en wearables, dispositivos IoT y la inteligencia artificial, entre otras cosas, determinan el futuro de la telemedicina. Pero, como sabemos, cualquier avance tecnológico debe vencer la resistencia de las personas. La adopción de según qué tecnologías lleva más o menos tiempo, y en el caso particular de la telemedicina estamos comprobando cómo cada vez más personas la adoptan con los brazos abiertos.
Para entender cómo están adoptando la tecnología médica, hablamos de una encuesta que se realizó a 400 personas mayores de 65 años en los Estados Unidos. Más de la mitad se mostró dispuesto a utilizar servicios de telemedicina, entre otras cosas porque el acceso a un servicio de atención médica más rápido fue mayoritariamente identificado como la principal razón para utilizar tecnología en el área de salud.
Así, la mayor parte de los encuestados afirmaban que la telemedicina podría ahorrarles tiempo y dinero, pero también que podría suponer una puerta abierta para acceder a mejores profesionales, ya que las barreras físicas (como la distancia) ya no serían un problema.
Por otro lado, en cuanto a los usos por los que estarían más dispuestos a utilizar telesalud, encontramos la renovación de recetas como el más repetido en la encuesta. Esto es algo que, además, descongestionaría el sistema de atención primaria casi con total seguridad. Al no tener que desplazarse para la renovación de las recetas, el 100% del tiempo de los médicos de atención primaria, de familia o de cabecera se podría dedicar a consultas.
Pero la telemedicina aporta muchas ventajas a los pacientes, como la posibilidad de utilizar la videoconferencia (por cualquier método, desde FaceTime, pasando por el conocido Skype o por cualquier otro medio disponible) para hacer seguimiento de enfermedades crónicas o para tener una entrevista con nuestro médico.
Lo mencionamos cuando hablamos de los monitores de salud avanzados: la telemedicina ahorra costes médicos en todos los aspectos. Por supuesto que todos los sensores y dispositivos necesarios para hacerla posible tienen un coste, pero este se rentabiliza en el largo plazo al evitar colas innecesarias, la ocupación de camas y tantas otras cuestiones cotidianas.
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