Muchas personas han descubierto el teletrabajo, con sus grandes ventajas y sus, a veces, enormes complicaciones. La pandemia nos ha llevado a muchos a trabajar desde nuestros hogares y, a pesar de que nos hemos hecho a las herramientas, al trabajo a distancia y a interactuar con nuestros compañeros a través de una pantalla, nos falta algo.
En las condiciones de confinamiento que tuvimos que vivir no tantos meses atrás, uno de los mayores retos fue el de mantener el equipo cohesionado y motivado. Es algo que requiere un extraordinario esfuerzo adicional, y una buena planificación.
Ahora que hemos vuelto a una especie de normalidad en la que debemos mantener las distancias y las medidas de protección que todos conocemos, y ante la posibilidad de futuros hipotéticos confinamientos, el teletrabajo seguirá siendo esencial en nuestras empresas. Y, aunque volvamos a la oficina, las reuniones presenciales no serán tan viables como antes, por lo que se seguirán manteniendo las distancias.
La motivación proviene en gran medida de la socialización
Trabajar desde casa significa que muchas personas tendrán dificultades para sentirse conectadas entre sí de manera regular. Además, en ausencia de un comedor o de las zonas comunales de las oficinas, los empleados ya no tenían una forma de socializar con los demás como antes.
Nada puede reemplazar la conexión personal, pero la tecnología juega a nuestro favor siempre que debamos estar socialmente distanciados. Por ejemplo, se pueden programar videoconferencias periódicas en diferentes días (por ejemplo, utilizando Zoom o herramientas similares), a diferentes horas, para acomodar los diferentes horarios de los equipos y para asegurar que los empleados puedan aprovechar sus momentos más productivos del día sin sacrificar su oportunidad de socializar.
Dicho sea de paso, estos «lugares de encuentro» serían momentos de ocio, sin más, como los momentos en que los empleados pueden coincidir en el office para prepararse un café y comentar qué hicieron el fin de semana. Y, con estas reuniones, se mantendría un poco el espíritu de equipo unido y motivado, listo para seguir produciendo.
No hay que reunir a muchas personas de cada vez. De hecho, un pequeño grupo de personas en una llamada permite que se conecten más directamente en una conversación. Como cualquiera puede unirse a las llamadas, el grupo cambia y las personas pueden conectarse con alguien nuevo cada día, lo que suma todavía más beneficios.
Como vemos, es posible mantener la motivación del equipo gracias a la tecnología, proponiendo reuniones ociosas programadas para que los empleados se sigan relacionando en contextos menos estrictos que los meramente laborales. Basta con organizarse un poco, y nuestra capacidad de socialización hará el resto.
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