Con el auge del teletrabajo y con un abanico de servicios en la Nube cada vez más amplio, muchas personas pueden utilizar sus propios dispositivos personales para trabajar. Esto es, a la vez, una ventaja y un riesgo. La ventaja está en que es viable utilizar nuestro portátil o smartphone en cualquier lugar para solucionar un tema del trabajo.
El riesgo es que, si ese dispositivo está infectado o sufre un ciberataque, hará el papel que representó el Caballo de Troya: introducir ese malware en la red de la empresa. En concreto, los riesgos específicos que podemos sufrir en caso de trabajar con nuestro dispositivo de uso personal en espacios públicos conectados se pueden resumir en cuatro:
- Si nuestro equipo tiene virus, infectaremos el archivo a enviar. Al «subirlo» al servidor de la empresa infectará el resto de los ficheros.
- Si utilizamos cuentas de correo personales para enviar correos de trabajo, los riesgos son de otro tipo. Podemos confundir destinatarios, cuya consecuencia puede ser impredecible como, por ejemplo, ser generadores de una fuga de información sensible —por error, sí, pero seguiría siendo una violación del RGPD.
- Podemos sufrir la pérdida de información crítica en caso de no disponer de una buena estrategia de copias de seguridad.
- Podemos revelación información confidencial en caso de no utilizar mecanismos de cifrado adecuados.
Como vemos, las consecuencias de un uso profesional de nuestros dispositivos personales pueden ser numerosas. Sin embargo, tomando las debidas precauciones es posible trabajar con seguridad, sin sustos:
- Instalar y mantener actualizado un antivirus, y el sistema operativo. Es crucial no saltarse ninguna actualización de seguridad.
- Mantener separadas las cuentas personales de las de trabajo.
- Utilizar conexiones seguras, evitando en lo posible las redes WiFi públicas. Una buena opción es la de conectarse a Internet a través de una red VPN.
- Utilizar un cortafuegos para protegernos mientras navegamos por Internet.
- Cifrar la información.
- Realizar copias de seguridad con asiduidad.
- Los documentos que enviamos a impresoras o escáneres ajenos se quedan almacenados en éstos, así que lo mejor es que utilicemos nuestros propios dispositivos para ello.
- Memorias USB o disco duros externos. En cualquier caso, es necesario analizar el dispositivo externo con un antivirus antes de nada. Son verdaderos puntos de riesgo, así que la recomendación es enchufar tan solo dispositivos «confiables».
Trabajar con nuestros dispositivos personales no tiene por qué ser una fuente de riesgos para la empresa o para nosotros mismos. Basta con tener algunas precauciones extra, mantener los dispositivos actualizados y no efectuar prácticas de riesgo para poder desempeñar nuestra labor sin sobresaltos, allá donde estemos.
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