El futuro de la movilidad a corto plazo va a sufrir una transformación radical. Si hoy asistimos al auge paulatino de los coches híbridos y eléctricos, y también a la consolidación de las soluciones de movilidad compartida, en ese futuro cercano serán las opciones principales, en detrimento del coche particular y con motor de combustión interna.
Las tres tendencias principales en movilidad son el coche autónomo, el coche eléctrico y la movilidad compartida en todas sus variantes. Para que estas tendencias se conviertan en una realidad es necesario que los consumidores las adopten como soluciones de movilidad. Esa es, quizás, la gran incógnita que se pretende despejar gracias a publicaciones como «The future of mobility», de Ipsos, en el que se analiza la visión del consumidor.
En esta investigación se muestra que los consumidores están listos para aceptar este nuevo paradigma de transporte, pero solo bajo ciertas condiciones. Veamos las principales conclusiones del documento.
- De las tres tendencias principales en movilidad, son dos las que más apoyo reciben por parte del consumidor: coche eléctrico y movilidad compartida.
- La percepción de la seguridad del vehículo autónomo es la principal barrera para recibir el apoyo del público. Influye en esta percepción la presencia de titulares en la prensa relacionados con incidentes de vehículos automatizados.
- Además de esta percepción en cuanto a la seguridad, la opinión pública cree que el vehículo autónomo está más indicado para aplicaciones comerciales antes que para aplicaciones de uso personal.
- La buena prensa del vehículo eléctrico tiene que ver con los beneficios medioambientales que promete (siempre que la electricidad se genere a partir de las renovables o nucleares, y no a partir de combustibles fósiles). Sin embargo, las dos barreras principales siguen siendo la autonomía limitada y la falta de infraestructura de recarga.
- En las megaciudades (o, simplemente, en las grandes ciudades y capitales), la adopción de vehículos eléctricos se espera que sea mayor que en otros núcleos de población porque las barreras para el consumidor son más fáciles de superar, sobre todo en cuestiones de infraestructura de carga.
- No hay duda de que la legislación y la implicación de las autoridades es crucial para poner más vehículos eléctricos en las calles. Iniciativas como las zonas libres de vehículos o beneficios fiscales para los coches eléctricos se han demostrado como populares entre la población.
- La economía colaborativa forma parte, cada vez más, de las decisiones de las personas. Se estima que un tercio de la población ha utilizado un servicio de economía compartida durante los pasados 12 meses. Sin embargo, el reparto es poco equitativo si tenemos en cuenta el tamaño de la ciudad (38% grandes ciudades contra un 28% en ciudades más pequeñas), o la edad del consumidor (52% de las perdonas entre 18 y 34 años, frente al 18% de los mayores de 50).
La movilidad compartida muestra trazas de ser algo más que una tendencia. Otra cosa es que, para convertirse en una opción convencional, hay que superar barreras de entrada. En este caso, hablamos de la incertidumbre sobre las tarifas (sobre todo, que no estén completamente reguladas y que existan grandes variaciones que se perciben con confusión) y la falta de vehículos disponibles.
Hoy, el público principal de este tipo de movilidad son jóvenes y que viven en grandes ciudades. La opción de compartir coche y viaje hace que la propiedad de este sea menos atractiva para los jóvenes consumidores urbanos.
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