La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en uno de los grandes motores de cambio corporativos de esta década. El desarrollo de esta herramienta ha sido muy potente en los últimos años, en los que se han ido sucediendo las muestras de cómo está llamada a cambiar el día a día. Por eso, para las empresas, se ha abierto un elevado potencial: la IA puede ayudar en muchas de las áreas de trabajo, puede simplificar los procesos o puede reforzar la toma de decisiones. En todo ello, la IA generativa es la que aporta un mayor margen para el cambio.
Pero ¿qué piensan las empresas y sus directivos de la IA generativa? Lo cierto es que sus múltiples beneficios —y el retorno posible que abre— no ciega a la C-suite sobre los igualmente potenciales riesgos conectados al uso de esta revolucionaria herramienta. Se podría decir que, a la hora de afrontarla, la dirección corporativa une optimismo con un toque de realismo. Es lo que se concluye leyendo las conclusiones del estudio The State of Generative AI in the Enterprise: Now decides next, que acaba de presentar Deloitte.
«La velocidad, la escala y los casos de uso de la IA generativa son asombrosos», apunta el CEO de la consultora, Joe Ucuzoglu, que suma que los líderes de negocios sienten «una presión inmensa» para actuar en este terreno, pero manteniendo la gobernanza y el control de riesgos. Esto es, necesitan ser capaces de sacarle todos los beneficios, aunque neutralizando los riesgos.
Beneficios corporativos de la IA generativa
La IA generativa va a cambiar la organización de las empresas y lo hará en muy poco tiempo. Eso es lo que cree el 79% de los directivos encuestados, que ponen en una horquilla de tres años el período para ese cambio. La IA servirá para mejorar la eficiencia y reducir costes, o eso es lo que esperan estos decision makers. El 73% de quienes controlan ya más la IA —un 44% de los encuestados— ya están, de hecho, usándola en desarrollo de producto.
Se podría decir que se ve a esta herramienta como una palanca para hacer más y mejores negocios, para lograr una mayor eficiencia de mercado y conseguir posiciones más sólidas. Por eso es, igualmente, tan importante que el salto a la IA se haga de la mano de partners tecnológicos que aporten soluciones sólidas y que ayuden a las empresas en este viaje.
Potenciales riesgos de la IA
Nada hace temer más a las empresas que la palabra amenaza y sobre la IA generativa sus directivos visualizan unos cuantos problemas. El estudio resume en tres palabras clave los temores que genera: están en gobernanza, gestión de talento y riesgo.
Solo un 25% de los encuestados cree que su empresa está totalmente preparada para integrar la IA en términos de gobernanza y gestión de riesgos. Les preocupa especialmente no lograr buenos resultados y que abra problemas en cuestiones de propiedad intelectual o en áreas de normativa y protección de datos. Igualmente, otro lastre podría estar en la escasa preparación de la plantilla para trabajar con IA generativa. Solo un 22% de las corporaciones encuestadas ve a su personal muy capacitado para abordarla.
También es un riesgo potencial quedarse solo con lo obvio y no pensar en la IA generativa de una manera más transversal. Por ejemplo, pocos son quienes hablan del potencial que tendrá en áreas estratégicas. Solo un 29% considera que se usará para potenciar la innovación y solo un 19% para encontrar nuevos insights.
No menos importantes son los temores laterales sobre el impacto de la IA. A un 51% de los directivos encuestados les preocupa que abra más brechas de desigualdad. Es una preocupación que viene de lejos y que ha llevado ya a las empresas a trabajar por una IA ética.
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