La transformación digital tiene asociados una serie de conceptos como Inteligencia Artificial, IoT, Blockchain, Machine learning, la Nube, o el Multicloud. Para muchas empresas, no será necesario desarrollar soluciones que involucren a todas las tecnologías mencionadas; para otras, sí.
La mayor dificultad en términos de digitalización no está en las tecnologías que vamos a utilizar, sino en la estrategia que se va a imponer. Y, precisamente, la falta de una buena estrategia es la principal barrera para adoptar esta transformación digital que es tan necesaria para no quedarse atrás en competitividad.
El mayor problema con la mayoría de las iniciativas de transformación digital es la falta de una escala de prioridades adecuada, falta de dirección y falta de apoyo por parte de los altos ejecutivos. El enfoque inicial debe estar en los casos de uso que generarán la recuperación más rápida y el ROI más alto.
Esto, que así dicho parece algo tremendamente obvio, es de una dificultad considerable para muchas empresas. Una recomendación que se suele repetir a la hora de enfocar la transformación digital empezar determinando una área crítica para el negocio que genere una porción significativa del riesgo comercial.
De esta manera se puede comenzar con una pequeña inversión que tendrá el potencial de financiar toda la transformación gracias al ROI más elevado.
Cuatro pasos clave para una estrategia de digitalización sólida
Podemos resumir una buena estrategia de digitalización en cuatro claves principales. El punto de partida dependerá enteramente de la empresa y los objetivos, el sector y otros asuntos que son, en todo caso, individuales. Sin embargo, la estrategia puede encajar con facilidad en cualquier organización.
- Gestión y administración de los activos empresariales para la correspondiente administración de las estrategias, y para establecer y ejecutar estrategias de mantenimiento.
- Monitorizar: se trata de visualizar los activos en tiempo real, aprovechando modelos de anomalías basados en inteligencia artificial para disponer de alertas que sean, a la vez, significativas y fácilmente procesables, que las podamos convertir en acciones con facilidad.
- Salud: se refiere a la capacidad de evaluar la salud de los activos, y también de ser capaces de destacar los activos problemáticos. De esta manera, es posible planificar si debemos reparar o reemplazar dicho activo problemático a partir de los datos de las etapas anteriores.
- Predecir: pronosticar el fallo de los activos es posible porque podemos aprovechar e interpretar los datos de las etapas anteriores.
Este tipo de acciones aportan enormes beneficios a las empresas y organizaciones que los adoptan. Gracias a la capacidad de predecir fallos con, incluso, semanas de antelación, estaremos disminuyendo enormemente el tiempo de inactividad no planificada, por ejemplo. Cualquier error no previsto, por otro lado, se convertirá no solo en pérdidas desde el punto de vista de negocio, sino en pérdida de oportunidades en un mundo que acelera rápidamente hacia a total digitalización.
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