Se habla mucho sobre el Big Data, especialmente sobre la generación de los datos masivos, su origen y su almacenamiento. Respecto al volumen de la producción de datos, en este momento se está en una posición sin precedentes en la historia. En el 2015 se generaron más datos que en los últimos 5.000 años, y esa cifra no hará sino aumentar. El crecimiento en número de usuarios de internet y de redes sociales en todo el mundo lo propicia. Cada vez más volumen y cada vez más rápido. Pero, ¿por y para qué?
Big Data: Almacenar y segmentar para producir valor
El almacenamiento de los datos no es el objetivo, sino el inicio de una gran maquinaria de procesamiento y análisis. Los datos masivos necesitan una exploración, depuración y “destilado” para ser realmente útiles. La correcta contextualización y segmentación de los datos es lo único que permite su verdadero aprovechamiento. De esta manera se pueden analizar los usos, costumbres, gustos y tendencias de los usuarios, pero también sus necesidades y requerimientos, incluso aquellos que no tienen realmente claros.
La magia del análisis del Big Data consiste en utilizar esa información de manera que pueda aportar algo positivo
La magia del análisis del Big Data consiste en utilizar esa información de manera que pueda aportar algo positivo a la gente. Pero también a las compañías, de modo que el Big Data les proporcione información respecto de lo que los clientes, y potenciales clientes, gustan y desean del mercado. Esto permite a las empresas poder ofrecer a cada persona justo lo que necesita y anhela. La segmentación del mercado aumenta la eficacia y es un campo de estudio y trabajo en expansión, que promete revolucionar las relaciones comerciales en los próximos años y para quedarse.
Las administraciones públicas también podrán servirse de las virtudes del análisis del Big Data y aplicarlo a su gestión. Empiezan a aparecer los primeros expertos en estudio del Big Data en ayuntamientos y otros organismos e instituciones. Esto permitiría desde el análisis epidemiológico o el estudio de la salud poblacional, a la gestión del tráfico municipal o por carretera.
¿Cuál es la 'cara oculta' del Big Data? ¿Están nuestra privacidad y datos garantizados? Share on XBig Data: El otro lado de los datos masivos
Sin embargo, respecto al Big Data no todo es un mundo maravilloso de facilidades y servicios personalizados proporcionados por dispositivos amables y discretos. En torno al Big Data existe un intenso debate sobre la privacidad de la información y el derecho de los particulares sobre el manejo de los datos que generan en su día a día, consciente o inconscientemente.
La privacidad y la gestión de la información del Big Data será, sin duda, uno de los mayores controversias de los próximos años en la que se enfrentarán los derechos individuales y los intereses de organismos públicos (y sus agencias de información) y las empresas que no estén dispuestas a perderse ni un poco de ese futuro de interconectividad total y público segmentado.
Por un lado, podría dar paso a nuevas estrategias de actuación de hackers en busca de brechas de seguridad (alguno ya ha conseguido reproducir huellas dactilares exactas con el fin de suplantar al individuo). Por otro lado, la adopción de las BYOID ya ha supuesto nuevos retos de seguridad no siempre resueltos para las compañías encargadas de la gestión de la privacidad del usuario.
Además, hoy en día el Internet de las Cosas o IoT se ha convertido en una realidad que, combinada con el Big Data, ha propiciado el nacimiento de sistemas capaces de interactuar de una manera eficaz para cubrir aspectos muy variados. Las fuerzas de seguridad pública están adoptando este tipo de tecnología para conseguir que su función protectora y preventiva se vea potenciada de manera exponencial.
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